Rosa ha trabajado toda su vida en Ibiza. Pero su jubilación la va a pasar en Valencia en el piso que se ha comprado y donde vive desde abril.Trabajaba como funcionaria del Ayuntamiento y vivía de alquiler. Pero con la subida brutal de precios ya le resultaba imposible mantener su ritmo de vida. El suyo no es un caso excepcional. El boom del turismo ha disparado los precios en las islas. Y empieza a detectarse un fenómeno nuevo. Jubilados que emigran a la península para vivir más holgados. Muchos se instalan en la costa valenciana o alicantina por la cercanía. En las inmobiliarias han notado en los últimos tiempos el aumento de este tipo de clientela. Baleares recibió en 2024 casi 19 millones de turistas, que traen riqueza pero también unos precios desorbitados que siguen expulsando a la población local.