Las familias están gastando más porque todo ha subido por la inflación. Los hogares que tienen menos ingresos dedican 6 de cada 10 euros a pagar la vivienda, los suministros básicos y la comida. Las más pudientes destinan a lo mismo 4 de cada 10. También aquí se notan las subidas. El gasto en alimentación de las familias ha subido por el encarecimiento de la cesta de la compra. Una vez pagado lo básico, el dinero que nos queda lo gastamos principalmente en restaurantes y hoteles. Y después, en ocio y cultura. Los hogares con más ingresos dedican al disfrute un tercio de su presupuesto, frente al 14 por ciento del resto. El único gasto que disminuye es en comunicaciones por la bajada de precios, tabaco y alcohol.

-Redacción-