En el barrio más pobre de España, en Torreblanca, Sevilla, un poco de alegría en el reparto multitudinario de cestas de Navidad. Un regimiento de voluntarios trata de endulzar una realidad complicada con números que no dan para celebraciones navideñas. Los que las reciben forman parte de los más de cuatro millones de personas que hay en España en situación de exclusión social severa: cargas familiares e ingresos, si los hay, insuficientes. No pueden pagar las necesidades del hogar, como alquiler, luz, agua o gas. Necesidades vitales que durante todo 2026 seguirán bajo el amparo del ‘escudo social’ y que alivian, como la labor de ONG como estas. Las colas a las puertas del local indican lo que pasa dentro: repartos de comida que en fechas tan señaladas arrancan sonrisas. Un poco de aire en momentos complicados.