En pleno boom inmobiliario, básicamente el único requisito imprescindible para que te concedieran una hipoteca era pedirla. Una práctica que permitió a gente sin solvencia adquirir una vivienda a través de un préstamo. Es la filosofía de la querella que han presentado dos accionistas de Bankia contra la antigua Caja Madrid. El juez de la Audiencia Nacional que la ha admitido a trámite asegura en su auto que los inmuebles hipotecados se valoraban sistemáticamente por encima del precio de los mismos. Con estas sobretasaciones, la caja prestaba más del 100 por cien del precio de compraventa, sin que lo pareciera. También asegura el juez que las hipotecas se concedían a extranjeros con permisos de residencia y trabajos temporales. Créditos de alto riesgo. Unas prácticas que, de demostrarse, considera constitutivas de estafa, administración desleal, falsedad documental y asociación ilícita. Por eso llama a declarar a la antigua cúpula de la entidad con Miguel Blesa a la cabeza, que ya está imputado en las tarjetas black y en el caso Bankia.

-Redacción-