Ni un solo teléfono móvil se escapa de ser contabilizado. Miles de dispositivos que continuamente entran en la Rambla se mueven por ella y salen. Estas antenas captan las señales que emiten y el algoritmo procesa los datos con un objetivo: que vuelva a ser un sitio agradable para los que viven en Barcelona y eso solo se puede saber si tenemos información que nos permita entender qué es lo que pasa. Hartos de tanta masificación, esos datos servirán por ejemplo, para conocer en tiempo real, el número de turistas que transitan por los 1.200 metros de la Rambla, las horas más concurridas o el incremento de personas que supone la llegada de los cruceros. Dato a dato, la asociación vecinal que promueve el proyecto pretende conseguir el respaldo de las autoridades para reordenar la vida en la Rambla. Y así conseguir que una de las 10 calles más conocidas del mundo, no sea solo un parque temático del turismo, y vuelva a ser patrimonio de todos.

-Redacción-