Se desinfectan los vehículos que han realizado la búsqueda y también las personas que han participado en ella. Porque el virus es tan resistente que sobrevive en la suela de unos zapatos, en las ruedas de los coches o incluso en la comida. De hecho, la principal hipótesis del origen del foco, que baraja la Consejería de Agricultura, está en un bocadillo contaminado. Para contener la enfermedad, hay un primer radio de 6 kilómetros que acota la zona de infección. En ella se han encontrado dos jabalíes muertos con positivo confirmado y hay otros ocho casos en investigación. El Plan de Contingencia amplía hasta los 20 kilómetros una segunda área de vigilancia, donde, en sus 39 explotaciones, de momento no ha habido ningún positivo. También la UME se ha desplegado en la zona y ya realiza labores de búsqueda con drones. Los agentes rurales se encargan de llevar a los animales muertos al Centro de Investigación Animal, donde siguen siendo analizados.