Abrazos, lágrimas y largas colas en Gondomar para despedir a su vecino más ilustre. En esta localidad a las afueras de Oporto ha quedado instalada la capilla ardiente de Diogo Jota y de su hermano André Silva.

Portugal sigue conmocionada por la muerte del futbolista del Liverpool en un accidente de tráfico en Zamora.

Su viuda, con la que se casó hace apenas diez días, abandonaba por la mañana la morgue, devastada.

Después entre lágrimas la madre de los jugadores, abrazada al agente del delantero, Jorge Mendes.

Durante todo el día, amigos y compañeros han reconfortado a la familia en el velatorio. También el presidente de la República Marcelo Rebelo de Sousa. Todos han querido despedir en la intimidad a los dos futbolistas.

A las cinco de la tarde, la capilla ardiente se ha abierto al público para que los portugueses les den el último adiós. Mañana serán enterrados.

La ciudad de Liverpool también llora al jugador que llegó al equipo hace cinco temporadas. Una alfombra de flores, de bufandas y de mensajes inunda las inmediaciones del estadio. "Por siempre nuestro número 20, nunca caminarás solo", como clama el icónico himno del club inglés.