El despliegue, equiparable al de un partido de alto riesgo, se ha expandido por varias ciudades con unidades antidisturbios. Más intenso allí donde hay mayor presencia de la comunidad marroquí, como en Barcelona. En Reus, se han quemado contenedores mientras que en Granada se ha tenido que paralizar el tráfico.La euforia futbolística también ha invadido el centro de Madrid. Allí la policía ha tenido que actuar para evitar mayores incidentes entre un grupo de aficionados.Algo parecido a lo que se ha vivido en Bilbao.Con relativa normalidad se ha festejado en otros puntos como en Valencia, Almería y Murcia.Porque en Bruselas, nuevamente las celebraciones se han convertido en disturbios. Incidentes que se han repetido en la ciudad francesa de Lille donde los agentes también han tenido que intervenir.

-Redacción-