Bunyol se viste de blanco y se prepara para su fiesta más esperada. Un festival que atrae turistas de dentro y de fuera del país. Todos preparados con sus camisetas blancas e incluso ponchos para protegerse de la sopa de tomate. Un blanco que va a durar poco, porque los 122.000 de tomates se van a encargar de teñir las camisetas rápidamente. Este año el lema del evento es ‘Tomaterapia’, pretendiendo ser un símbolo de superación y recuperación tras la dana. Un festival que atrae la mirada internacional y en el que se han dejado ver varias banderas palestinas por parte de los participantes. Durante una hora los 22.000 asistentes han disfrutado del lento desfile de los camiones que portaban los tan ansiados tomates. Un bombardeo incesante del que era imposible guarecerse. Y que tras el paso de los camiones deja las calles inundadas de tomates. Una sopa que habrá que limpiar, pero en la que de momento los asistentes se embadurnan intentando conseguir que no quede ninguna parte del cuerpo sin pulpa de tomate.