La ciudad de Milán se ha vestido de luto para despedir a uno de sus grandes iconos: Giorgio Armani, fallecido esta semana a los 91 años. Esta mañana se ha abierto su capilla ardiente en el teatro que lleva su nombre, donde desde antes de las 9 ya se congregaban miles de personas para darle el último adiós. Entre los asistentes, se ha podido ver a su sobrino recibiendo a los visitantes, y a figuras del mundo de la moda como Donatella Versace, una de las primeras en llegar. Se espera que durante los dos días que permanecerá abierta la capilla, pasen por allí numerosos rostros conocidos de distintos ámbitos. Armani deja tras de sí un imperio valorado en 13.000 millones de euros, construido desde abajo: comenzó como escaparatista, pasó a ser comprador de trajes masculinos y, junto a Sergio Galeotti, fundó su propia firma. Su salto internacional llegó con el cine, especialmente tras vestir a Richard Gere en American Gigolo, lo que lo catapultó a las alfombras rojas de Hollywood. Su estilo sobrio, elegante y cómodo redefinió la moda tanto masculina como femenina. Quienes trabajaron con él lo describen como exigente y brillante. “Era la imagen de la constancia, la sensualidad y la simplicidad”, comentan algunos asistentes. Más allá de su impacto profesional, Armani expresó su deseo de dejar huella en lo humano. Y a juzgar por la emoción que se respira en Milán, lo ha conseguido.

DESCRIPCIÓN DE IMÁGENES

1. TOTALES REACCIONES CIUDADANOS EN LA COLA PARA ENTRAR A LA CAPILLA ARDIENTE DE GIORGIO ARMANI.