El frío de media mañana de la ciudad de Madrid contrasta con el vapor que envuelve la cocina de un restaurante japonés donde se están cociendo los fideos que van a flotar en un caldo de hueso de cerdo. Es ramen, un plato desconocido en España cuando Paloma abrió su restaurante en 2015. Al principio le costó mucho que los clientes entraran en su local, pero diez años después hacen cola el fin de semana para comer un cuenco de ramen, un plato de origen chino adaptado al gusto japonés y que allí se toma muy rápido para volver al trabajo cuanto antes. En Japón siguen una norma que aquí puede chocar: hay que sorber los fideos, un sonido que cada vez se escucha menos en Japón, ya que en el último año los cierres de los restaurantes de ramen han aumentado un 30% por la inflación, mientras en España el ramen vive un boom.

-Redacción-