En el festival Medusa de música electrónica, en Cullera, hemos estado con uno de los artistas más peculiares: un DJ que mezcla temas sacros con mensajes vitalistas y tecno melódico. Aunque si hay algo que lo hace diferente es su alzacuellos. Porque el padre Guilherme, además de artista es sacerdote. Guillerme Peixoto es católico, portugués y tiene 50 años, pinchadiscos. Comenzó su carrera en su pequeña parroquia en Portugal, poniendo un bar y un karaoke para recaudar fondos. Le gustó tanto la experiencia de la música que se apuntó a una escuela de DJ donde, confiesa, tuvo que empezar desde cero. Ahora reúne en sus sesiones, hasta 20.000 almas, fieles a sus ritmos. En el Medusa ha sido uno de los artistas que más expectación ha levantado como ya lo fue el año pasado en las Jornadas de la Juventud en Lisboa. Él asegura que aprovecha un lenguaje que le llega fácilmente a la juventud para lanzar sus mensajes de fraternidad que tocan el corazón de los jóvenes.