Encontrar un gran yacimiento histórico en Mérida no es tan raro, pero lo normal no quita lo espectacular y un nuevo tesoro se escondía bajo sus tierras. Un enorme mosaico perfectamente conservado con la cabeza de Medusa acompañada de cuatro pavos reales, uno por cada estación del año. Gran parte de la excavación ha sido llevada a cabo por alumnos de la escuela Barraeca. Una nueva oportunidad en el mundo laboral para hacerles partícipes de hallazgos arqueológicos, esos que nunca faltan en esta ciudad y que, descubrimiento a descubrimiento, estrechan cada vez más la relación entre pasado y presente.

-Redacción-