Viajamos en el tiempo hasta la Alta Edad Media e imaginamos a unos pocos anacoretas viviendo en estas Cuevas de los Cien Pilares, un tesoro subterráneo situado en la localidad riojana de Arnedo. Un kilómetro de galerías y estancias comunicadas entre sí, con techos sostenidos por pilares, que servían de refugio de paz para los monjes. Llaman la atención las oquedades horadadas en las columnas y paredes. Recuperado recientemente para las visitas, este monasterio hasta hace unos pocos años sirvió de palomar y también de depósito de agua. A pocos metros se encuentran las casas cueva, donde hasta los años 50 vivían varias familias. Y cada año se encalaban para aportar higiene, luminosidad y seguridad. Viviendas económicas que hoy serían un lujo.