Una riada humana contempla las alfombradas calles del municipio pontevedrés de Ponteareas. El gris empedrado convertido en espectaculares tapices florales y delicadas filigranas multicolores por el amor y esmero de los vecinos. Arte efímero para realzar el esplendor del desfile del Corpus que surgió hace más de un siglo cuando se tapaban con flores los baches del recorrido procesional.

Más de 370.000 claveles de una treintena de alfombras en más de un kilómetro adornan también la localidad barcelonesa de Sitges.

La misma historia de un pueblo entregado toda una noche para embellecer el suelo de sus calles, esta vez con serrín, se vive en el municipio albaceteño de Elche de la Sierra. El amanecer más hermoso que irá desvaneciéndose pisada a pisada por los procesionarios de la custodia.

-Redacción-