Una simple vista aérea es suficiente para descubrir uno de los pueblos con más encanto de nuestro país. Olivenza, ahora en territorio español, pero con un pasado portugués que queda reflejado en cada una de sus fachadas. Este pueblo que te invita a probar la técula mécula, a perderse por su casco histórico o a dejarse llevar por la iglesia de La Magdalena, una auténtica joya de estilo manuelino. Son sus calles, su gente lo que ha llevado a este pueblo a convertirse en uno de los más bonitos de España.

-Redacción-