Las paredes de este convento de las carmelitas ya nos dan la primera pista, pero es entrando en su cocina cuando salimos de dudas. Cinco de las siete monjas de clausura que viven aquí proceden de Filipinas. A las tradicionales pastas y mermeladas que elaboran y venden aquí, suman ahora un menú asiático. Pollo con verduras, tallarines y cómo no el plato estrella, el sushi. Dos meses llevan ofreciendo sus platos y ya tienen clientes habituales.

-Redacción-