Desde Jerez, ha venido a revolucionar el flamenco con un instrumento con el que nadie diría que se pudiesen tocar todos los palos del género sin perder su sello. Ana Crismán toca el arpa, pero no es arpista, es la única ‘arpaora’ del mundo. Porque con ella el arpa se hace flamenca.Se enamoró del instrumento en un viaje a Irlanda. Por amor lo dejó todo, abandonó su trabajo como funcionaria y logró subirse al tablao con un instrumento más propio del olimpo.Es la única artista del mundo que compone y toca flamenco con arpa en vez de con guitarra.

-Redacción-