En Almería, un proyecto pionero abre camino en un sector tradicionalmente masculino: la instalación de placas fotovoltaicas. Más de una docena de mujeres se forma para convertirse en profesionales de las energías renovables, buscando no solo romper barreras, sino también una oportunidad real para incorporarse al mercado laboral en plena transición energética.

Se trata de un proyecto de la Fundación Iberdrola y la Fundación Acción Contra el Hambre destinado a mujeres en situación vulnerable, de edades comprendidas entre los 17 y los 62 años que, durante 4 meses, se forman como instaladoras de placas fotovoltaicas.

El pasado mes de julio arrancó esta nueva edición del curso con 16 mujeres que, en los últimos meses, han aprendido todo lo relativo para poder instalar una placa fotovoltaica desde cero; desde conocimientos básicos de electricidad, hasta prevención en riesgos laborales, o lo último: trabajar en altura.

La mayoría de ellas son mujeres inmigrantes, entre las que hay desde ingenieras forestales, a madres de familia numerosa, que buscan reinventarse en un sector en alza en Almería; donde hay una constante demanda de empleo para cubrir puestos tanto en la instalación de placas en viviendas e industrias, como en el importante sector agro fotovoltaico.

Ornella (45 años, Argentina). La fotovoltaica: una vocación pendiente. Ingeniera forestal, en su país natal trabajó como investigadora de laboratorio y también como profesora. En una de las crisis inflacionistas que vivió su país, su sueldo se devaluó de los 900 a los 200 euros y decidió con su marido intentar una nueva vida en Europa. Consiguió un trabajo como ingeniera en Badajoz, donde quedó impresionante por la fuerte implantación de la energía fotovoltaica. Al año de venirse, la empresa redujo personal y se quedó sin trabajo, y comenzó a trabajar en una conocida empresa de bricolaje, donde le llamó la atención la venta de placas de autoconsumo.

Su interés por la fotovoltaica ha sido una constante en los últimos años y siguió aún cuando decidió mudarse a Almería con su marido, atraídos por la importante comunidad argentina que había en la provincia andaluza. Allí, vio la oportunidad de formarse, que no había tenido por los altos costes que implicaba, y estuvo una semana expectante esperando ser una de las elegidas.

Lorena Ierima, es rumana, lleva en España 18 años. Ha trabajado en muchos sectores, como camarera de pisos, en el campo, pero necesita un trabajo con continuidad, no trabajos temporales.

La escuela fotovoltaica de Almería se enmarca dentro del proyecto 'Vives Aprende: Escuela inclusiva de mujeres en la industria 4.0 y energías renovables”, que desarrolla la Fundación Acción contra el Hambre gracias al apoyo de Fundación Iberdrola y que realiza distintas formaciones en otras provincias como Cáceres, Badajoz y Ciudad Real.

La escuela de Almería arrancó en 2024 y esta es la 4a edición del curso, por el que han pasado ya más de un centenar de mujeres, procedentes de colectivos vulnerables.

Que las mujeres se inserten en el sector fotovoltaico como instaladoras es toda una novedad, por la alta masculinización de este ámbito. Dentro del programa, sus responsables tratan de sensibilizar a las empresas para combatir este sesgo de género. Y la respuesta está siendo favorable. "Dame una persona que se levante a las 6 de la mañana, que esté dispuesta a aguantar el calor y que tenga ganas de trabajar" dicen las empresas, según la técnico responsable del proyecto de Fundación Acción contra el Hambre, Jennifer Pérez.

De hecho, en los dos últimos años, son varias mujeres las que han empezado a trabajar en el sector; en empresas de instalaciones domésticas, y en el sector agro fotovoltaico tan en auge en Almería.

DESCRIPCIÓN DE IMÁGENES

1. RECURSOS DEL CURSO DE INSTALADORAS DE PLACAS FOTOVOLTAICAS QUE ESTÁN REALIZANDO 16 MUJERES VULNERABLES EN ALMERÍA.
2. TOTALES JENIFER PÉREZ, COORDINADORA ESCUELA EMPLEO FOTOVOLTAICA
3. TOTALES LORENA IERIMA, ALUMNA
4. TOTALES ORNELA BUBENAS, ALUMNA
5. TOTALES PAMELA GARCÍA, ALUMNA