En pocas horas celebraremos uno de los rituales más esperados del año: comernos las uvas de la suerte al ritmo de las campanadas. Una tradición que puede conllevar riesgos, sobre todo si hay niños pequeños en casa. De hecho, la asfixia por alimentos es una de las principales causas de muerte no natural en España. Mueren de media entre diez y quince niños al año.

El jefe del servicio de pediatría del Hospital Quirónsalud Málaga, Manuel Baca, recuerda que la tráquea de un niño tiene el diámetro de un bolígrafo y que la uva, por su forma y su textura, se puede convertir en un verdadero tapón para el conducto. De ahí, que los profesionales sanitarios insistan en que la prevención es la mejor herramienta para reducir el riesgo de atragantamientos, especialmente durante las celebraciones navideñas. Entre las principales recomendaciones, en el caso de las uvas, destacan, que los menores de cinco años no las tomen; y ya pasada esa edad, que estén cortadas en trozos pequeños y sin pepitas.

En el caso de que se produzca un atragantamiento, los expertos aseguran que es fundamental saber actuar correctamente, ya que puede marcar la diferencia entre un susto y una emergencia vital. Si la persona mantiene una tos eficaz, debe animarse a que continúe tosiendo, ya que es el mecanismo más seguro para expulsar el cuerpo extraño. Sin embargo, cuando la tos no es posible y la obstrucción es completa, debe ejecutarse la maniobra de Heimlich. Pero en el caso de los lactantes menores de un año, no debe realizarse, ya que puede provocar lesiones internas graves. Aquí se aconseja colocar al lactante boca abajo, y realizar cinco compresiones torácicas en el centro del pecho, siempre con el niño apoyado y con la cabeza ligeramente más baja que el tronco.

DESCRIPCIÓN DE IMÁGENES

1 RECURSOS DE UVAS Y DEL DOCTOR

2.-TOTAL DR MANUEL BACA. HOSPITAL QUIRÓN SALUD MÁLAGA