Cada vez es más común ver paraguas abiertos en plena calle, pero no para resguardarse de la lluvia, sino del sol. Las altas temperaturas, que en muchos puntos del país superan ya los 40 grados, han convertido este accesorio en un aliado para protegerse de los rayos ultravioleta. Lo que antes era una imagen más propia de turistas asiáticos, ahora se extiende entre la población local y se está convirtiendo en una tendencia cada vez más visible en las ciudades. Los expertos lo avalan y los dermatólogos recomiendan taparse lo máximo posible durante las horas centrales del día para evitar daños en la piel. De hecho, varias marcas ya comercializan paraguas y pequeñas sombrillas con telas especiales que cuentan con factor de protección solar UV de 50 o incluso superior. No todos valen: un paraguas convencional protege algo, pero los modelos específicos para el sol bloquean mejor la radiación y cubren más superficie que una gorra o un sombrero. En las calles, cada vez más gente opta por esta solución. Las tiendas de accesorios y bazares notan el tirón. Las ventas de estos paraguas se disparan en verano y muchos compradores vienen expresamente a por ellos. El calor extremo y la falta de sombra en muchas ciudades hacen que cualquier recurso para resguardarse sea bienvenido. Lo mismo da un abanico, un sombrero o una sombrilla de mano, todo suma para protegerse cuando el sol aprieta. Además, los expertos insisten en la importancia de cuidar la piel como medida de salud, ya que las quemaduras solares repetidas pueden derivar en problemas graves años después.