Prefiere ocultar su rostro y su nombre. Llegó de Nigeria siendo menor y fue captada por una red dedicada a la trata de personas con fines de explotación sexual. Le cuesta hablar de esa época. "La verdad es que no sé si era una organización, pero la cosa era que yo trabajaba en la calle. La verdad es que lo pasé fatal", se lamenta.

Estuvo varios meses siendo explotada y ganando dinero para saldar una deuda que nunca acababa. Hasta que la policía la liberó y la llevó a un centro de menores. Ahora, vive en esta casa de acogida para madres en exclusión donde ha encontrado un espacio seguro. "Se puede salir de esta situación. Hay mejor vida esperando delante", asegura.

A sus 22 años, sueña con un futuro mejor. "Tener mi piso, poder salir y estudiar porque quisiera estudiar enfermería y, en el futuro, lo voy a hacer porque soy joven", dice, sonriendo.

Como ella, aquí, la mayoria de las mujeres son víctimas de explotación sexual, con un pasado marcado por maltrato y amenazas. "Vienen engañados con el sueño de vivir en España y la persona que las recibe les promete un hogar y una vida pero finalmente les asignan una deuda y una serie de trabajos que son una explotación", nos cuenta Esmeralda Pino, Adoratrices Córdoba

El objetivo es cubrir sus necesidades básicas, pero sobre todo darles herramientas para la inclusión sociolaboral. "Insistimos mucho en la formación porque al final es lo que va a permitir que consigan un trabajo y una vida autónoma", señala. Aquí suelen pasar una media de dos años hasta conseguirlo. Se trata de recuperar la dignidad y la libertad que un día alguien les quitó. Salir de un pasado de oscuridad a la luz de una nueva vida.

DESCRIPCIÓN DE IMÁGENES

1. RECURSOS MUJERES DANDO CLASES DE ESPAÑOL, DELANTE DEL ORDENADOR, SOSTENIENDO A UN BEBÉ. CAMINANDO POR UN PASILLO. SUBIENDO ESCALERAS. ENTRANDO EN HABITACIÓN Y ORDENANDO CUNA Y ROPA DE BEBÉ.
2. TOTAL VÍCTIMA DE TRATA
3. TOTAL ESMERALDA PINO, ADORATRICES CÓRDOBA