Córdoba ha afrontado este martes una nueva jornada bajo alerta amarilla por altas temperaturas, aunque el calor, una vez más, no sorprende ni detiene ni a turistas ni a cordobeses. Según la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET), las máximas se han situado en torno a los 39 grados y las mínimas rondando los 17.

A pesar de las cifras en el termómetro, la sensación térmica se mantiene algo más suave gracias a una ligera brisa de poniente que, junto a la experiencia de quien lleva toda la vida soportando el rigor del verano cordobés, hace que la alerta amarilla se perciba como una simple advertencia. “Estamos acostumbrados”, repiten vecinos y comerciantes, mientras los turistas buscan cobijo en cada sombra disponible.

La estampa habitual en pleno julio se repite: plazas casi vacías a pleno sol, fuentes rodeadas de visitantes que refrescan pies y manos, y monumentos como la Mezquita-Catedral convertidos en refugio improvisado ante el calor abrasador. Los museos y patios cordobeses también se llenan de quienes deciden huir de los 40 grados a la sombra para sumergirse en un rato de frescor y arquitectura andalusí.

De cara a los próximos días, la AEMET no prevé grandes cambios. Miércoles y jueves seguirán marcados por cielos prácticamente despejados, mínimas de 18 grados y máximas que rozarán de nuevo los 39.

Ante esta situación, Protección Civil insiste en extremar precauciones: evitar las horas centrales del día, hidratarse constantemente y protegerse del sol, especialmente niños y mayores. Una advertencia que los cordobeses conocen de sobra, aunque, como recuerdan algunos veteranos del asfalto, “el calor aquí no se pasa, se sobrevive”.

DESCRIPCIÓN DE IMÁGENES

1. RECURSOS DE TURISTAS Y CORDOBESES SOPORTANDO LAS TEMPERATURAS
2. TOTALES DE CALLE