Dejar de fumar, aunque sea a edad tardía, implica mejoras en la salud; menos riesgo de demencia o menor deterioro cognitivo.“Las posibilidades de desarrollar una demencia son mayores en los sujetos fumadores. A partir de los cincuenta si dejamos de fumar en corto plazo hay beneficios”, comenta Eduardo Márquez, neumólogo de Sevilla.

Lo dice un estudio de The Lancet Healthy Longevity realizado con datos de 9.500 personas de doce países, entre ellos España.

Eduardo Márquez, neumólogo y Presidente de Neumosur, asegura que “dejar de fumar aporta beneficios desde el primer día, a nivel cardiovascular y oncológico. También en el aparato gustativo, en la piel, incluso a nivel encefálico. Dejar de fumar aporta beneficios en cuanto a la salud cognitiva de los enfermos. Al cerebro afecta en cuanto a que evita el deterioro hacia enfermedades como la demencia. Destruye neuronas que es la responsable de las alteraciones cognitivas”.

El estudio concluye que las personas se dejaron de fumar tuvieron un deterioro menor en pérdida de memoria o fluidez verbal al de los fumadores. La conclusión es que nunca es tarde para dejar de fumar.

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