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Ava, Olivia y Landon nacieron con un trastorno genético que anulaba sus defensas y los condenaba a infecciones constantes. Lo habían heredado los tres hermanos a pesar de que esa extraña enfermedad solo afecta a una persona de cada millón. El paciente va a padecer de infecciones que en el 60 por ciento conlleva la muerte con dos años. Su esperanza de vida era muy corta pero en un laboratorio madrileño ya habían conseguido curar a ratones en 2016 y de aquellos primeros éxitos ha surgido el tratamiento que les ha salvado la vida. Ahora hacen vida normal y van al colegio. Los pacientes están muy bien y es de de esperar que de por vida estén curados. La terapia todavía experimental consiste en tomar células madre de la medula ósea del niño e introducirles un gen para que produzcan glóbulos blancos sanos que combatan las infecciones. Una vez modificadas, las  células, se devuelven al cuerpo. Nueve niños han participado en este ensayo internacional. A una de las pequeñas se la trató en el Hospital Niño Jesús hace cuatro años y está totalmente recuperada.

-Redacción-