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El informe, remitido a la juez de Catarroja que instruye el caso por la DANA, relata que poco después de las 19:30 horas, con buena parte de la comarca inudada, el agua había empezado a entrar en la residencia, y tras pocos minutos “se oye un estruendo como consecuencia de que el agua ha estampado varios coches contra la puerta del centro y empieza a entrar un tsunami de agua”. A algunos usuarios les pilla en el turno de la cena. El personal se divide y trabaja en cadena para llevarlos al piso de arriba empleando sillones y descolgando una puerta para facilitar el traslado. Tratan de pedir ayuda, pero la llamada da error. Se juegan la vida, pero no consiguen salvar la de todos los residentes. "La fuerza y el nivel del agua y el lodo, así como la corriente existente, impidieron a los profesionales seguir accediendo a la sala 3 para salvar la vida de cuatro personas que quedan en dicha zona". La fuerza del agua resultó mortífera. “Dos personas usuarias que se econtraban en la sala 2 y resultaron fallecidas fueron desplazadas en sus sillones por la fuerza de la corriente del agua. De hecho, una de ellas resultó arrastrada fuera la sala” y su cuerpo aparecería al día siguiente lejos del centro. El único aviso de la Generalitat había llegado al grupo al que pertenece la residencia de paiporta a las 9:52 de la mañana, avisando de una alerta naranja. Según Susana Camarero, vicepresidenta y consejera se Servicios Sociales de la Generalitat Valenciana, “las alertas las traslada emergencias, que la responsabilidad de la Consellería no está en trasladar una alerta conocida a través de emergencias”. Sin embargo sí se envió un primer aviso con protocolo de actuación en caso de inundación a las 9.52 de esa mañana. Pero ya no se envió ningún otro a lo largo del día, cuando la situación iba empeorando hasta el desastre. Igual que el resto de la población recibieron el mensaje de ES-Alert a las 20:11, cuando ya era demasiado tarde.

-Redacción-