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Ernesto ha ido hoy al barranco del Poyo, donde continúa la búsqueda de su sobrina, Elizabeth Gil, desaparecida el 29 de octubre junto a su madre, cuyo cuerpo fue encontrado días más tarde. A ambas les sorprendió la riada conduciendo de camino al trabajo por una carretera secundaria de Chiva. Desde entonces nada se sabe de Elizabeth. Es la tercera batida que se hace en este barranco, pero Ernesto no pierde la esperanza. Los hijos de Elizabeth, de 4 y 18 años, no pueden reclamar lo que les corresponde hasta que no se encuentre su cuerpo. En la misma situación que los familiares de Elizabeth se encuentran los familiares de los otros tres desaparecidos. Francisco, José Javier y Mohamed. Francisco, de 64 años, estaba en el aparcamiento de un supermercado, pudo salvar a sus nietos subiéndolos al techo de un coche, pero de él nada se sabe. Tampoco de José Javier, que se encontraba en su casa de Pedralba con su hija. El cuerpo de ella fue localizado a varios kilómetros, en una playa. De Mohamed no hay foto, vivía en una chabola, debajo de un puente en Paiporta, una de las zonas más afectadas por la DANA. Los trabajos para encontrarlos siguen sin descanso. Si los cuerpos no aparecieran los familiares podrán solicitar la declaración oficial de fallecimiento en tres meses, el 29 de enero. Hasta entonces, siguen en un limbo legal.

-Redacción-