La imagen del pasado miércoles 4 de diciembre muestra como tras muchos trabajos de reconstrucción abría el Colegio de La Inmaculada de Paiporta (Valencia). Padres, profesores y alumnos lo celebraban con aplausos a su entrada y con un arco de globos en la puerta. "Ha costado mucho, pero lo hemos conseguido, así que un aplauso para todos”, decía en ese momento el jefe de estudios en la puerta. Llegar hasta esa apertura no fue un camino fácil, igual que tampoco lo está siendo el día a día en el colegio por la mala calidad del aire en las zonas afectadas por las riadas, como Paiporta. Esto se debe al polvo en suspensión que levantan los vehículos al pasar por carreteras llenas de barro seco. “Cuando tu llegas a Paiporta hay esa nube de polvo”, dice uno de los profesores del centro. A esto se le suma el polvo de los trabajos de reconstrucción de las instalaciones del colegio, que aún siguen sin estar al 100%, lo que representa un riesgo para la salud de los niños y el profesorado. “Picores de ojos y rinitis por tema de alergias”, advierte Hilario Gómez, jefe de estudios del colegio. Para prevenirlo, se están llevando a cabo medidas como el uso de mascarillas. “Se recomienda en los momentos de entrada, salida, en el trayecto de casa al colegio y también durante el patio” dice Gómez. También están activas otras medidas, como hidratarse con agua de casa, sin utilizar la fuente del centro, y usar gel hidroalcohólico. “Volvemos a tener en las clases la botella de gel hidroalcohólico y se van poniendo sobre todo antes de los almuerzos y después”, explica Raquel Requena, directora del colegio.

-Redacción-