Jonathan Moñiz, El Piojo, preparaba su próximo golpe pero estaba vigilado y llegó el día. Policías por un lado de la calle y policías por el otro. Lo bloquearon con sus vehículos. Cuando se vio rodeado embistió los coches policiales dejando heridos a cinco policías. Saltaron los airbag y solo se le ocurrió saltar por la ventanilla. No llegó muy lejos. Los vecinos vieron la detención y aplaudieron. Con gorra y mascarilla, llevaba escondido una semana en el barrio, en casa de un colega. Los vecinos ahora lo saben. Habían visto el coche aparcado. Anoche utilizó el Alfa Romeo pero también había robado un Audi que estaba cerca. La policía tiene claro que con el Audi de 500 caballos no habrían podido pararlo. El Piojo es un experto en fugas. La última de prisión. Con su hermano, cortaron barrotes, descolgaron sábanas y saltaron la concertina con una escalera de palos de escoba. Falta detener a su hermano.

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