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Patricia Ramírez, la madre del pequeño Gabriel, de 8 años y asesinado en las Hortichuelas (Almería) en febrero de 2018, ha ofrecido este miércoles una rueda de prensa desde la Delegación de Almería. "Estoy en mi casa, en un lugar seguro", ha dicho. La mujer trabajaba en la Concejalía de Deportes cuando Ana Julia Quezada, que entonces era pareja del padre del niño, le quitó la vida. La asesina cumple prisión permanente revisable en el centro penitenciario de Brieva (Ávila). Estaba grabando un documental que ha quedado suspendido mientras el juzgado de instrucción número 4 investiga a un funcionario por cohecho ya que podría haberle facilitado un teléfono móvil a cambio de favores sexuales. Patricia recibe información de lo que ocurre dentro del penal. "La asesina de mi hijo ha manifestado desde dentro de la cárcel que me quiere matar y que está muy enfadada conmigo porque entre otras cosas le he roto el documental. Que se quiere vengar de mí", ha dicho.
En mayo del año pasado hizo públicos estos datos. Cree que está sufriendo una victimización secundaria y que el trato ha sido degradante. "Tener que tirarse un año aguantando, sabiendo que hay estas informaciones, no diciendo, callando... Esto es infinitamenta más duro, tedioso y agotador", ha puntualizado.  Ahora intenta personarse en la causa como acusación particular. "Hay imágenes de dentro de prisión, su celda y otras instancias, así como cosas de ella... Dígame usted si a mí no me puede afectar que se le faciliten, le ayuden para introducir estos teléfonos, que con ella se grabe, hablen con personas de fuera", especifica. "Lo que no podemos permitir es que una víctima viva con miedo", mantiene su abogada Verónica Guerrero que este martes se hizo cargo de las diligencias.

-Redacción-