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Ocho años después del crimen de Manuela Chavero, su familia, y el pueblo de Monesterio, pueden comenzar el duelo. Rotos de dolor le han rendido homenaje antes de funeral y a la salida de la iglesia, desde la torre caían pétalos blancos para despedir los restos de la mujer asesinada. Un vecino suyo mantuvo oculto el cadáver durante años. Hace poco ese hombre ha sido condenado en la Audiencia de Badajoz a "prisión permanente revisable".
Emilia, la hermana de Manuela, observa cómo se recoge la pancarta de su hermana, una reivindicación, un lugar de recuerdo durante los más de ocho años que llevan sin ella. Hoy empieza otro nuevo y doloroso camino. El duelo, por ella, asesinada por ser mujer, hace ocho años y cuyos restos recibirán sepultura.
Monesterio, un pueblo unido, desde el día de la desaparición, durante los cuatro años que pasaron hasta encontrar el cadáver, durante los cuatros años que se ha tardado en declarar culpable a Eugenio Delgado de asesinato con alevosía y agresión sexual grave. Un tiempo eterno, que hoy se ha detenido para que Manuela pueda descansar. Sólo ahora sus hermanos, su madre, sus hijos podrán comenzar el duelo, despedirla, junto a su pueblo.



-Redacción-