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No era una querella cualquiera, la firmaban exmagistrados del Tribunal Supremo o el primer fiscal anticorrupción, pero enfrente se han encontrado a otros seis magistrados, estos en activo y con la pluma afilada, hasta el punto de tachar a los querellantes como una entusiasta defensa amateur valedora de intereses tributarios que ya han sido satisfechos. Y ese es el resumen. El Supremo se pronuncia por primera vez sobre las cuestionables finanzas del rey emérito y lo hace para darle la razón a la Fiscalía. Confirman que el monarca recibió 100 millones de Arabia Saudí en 2008 y que jamás los declaró, pero aclaran que entonces el rey aún no había abdicado y el fraude fiscal estaba prescrito. Confirma el Supremo también que Álvaro de Orleans, primo del monarca, le sufragó más de seis millones de euros en viajes hasta 2018, y confirman también que un empresario mexicano pagó entre 2016 y 2019 cerca de 800.000 euros de gastos del monarca. Pero, aclara otra vez el Alto Tribunal, que el rey pagó a Hacienda cerca de cinco millones de euros para regularizar esos ingresos y lo hizo, insisten, antes de que lo investigaran por estos hechos concretos evitando así la posibilidad de acabar en el banquillo.

-Redacción-