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Toda la mañana pendientes de la chimenea de la Capilla Sixtina, y a las 11:51 fumata negra; aún no hay papa. Qué está pasando dentro es una incógnita. Con las puertas cerradas del cónclave hay muchas especulaciones y pocas certezas. Fuera ha habido cierta confusión cuando el humo blanco del final de la quema de votos coincidía con las campanas del mediodía. Tal y como manda la tradición vaticana, los 133 cardenales electores han comenzado el día con rezos y después han votado hasta en dos ocasiones, pero ninguno de los candidatos ha logrado los 89 votos necesarios, las dos terceras partes del total, así que los purpurados han hecho un receso para comer. Una pausa de gran importancia, consideran los expertos, porque aquí, en un ambiente más distendido, se puede desatascar la situación en caso de que haya cierto bloqueo a algún candidato. De ser así, puede surgir una propuesta alternativa, una sorpresa, como fue Francisco, que salió a la quinta votación, o Juan Pablo II, que salió a la octava. Cerca de las 19:00 horas se espera una nueva fumata que comunicará el resultado, eso si no hay retrasos como el de ayer, en este cónclave inédito con el colegio cardenalicio más universal, amplio y joven de la historia.

-Redacción-