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Alrededor de mil manifestantes, algunos con cánticos y pancartas con fotografías de los rehenes, han exigido al Gobierno de Benjamin Netanyahu que llegue a un pacto y ceda a un alto el fuego que permita liberar a los rehenes israelíes presos por Hamás. Los manifestantes son en su mayoría familiares de los rehenes retenidos por Hamás el 7 de octubre en esta concentración en Tel Aviv, justo la noche en la que ha terminado el Yom Kipur, el día más sagrado del calendario judío. Yom Kippur es un día de expiación en el que los judíos buscan el perdón ayunando y rezando. “Aunque sea Yom Kippur, los rehenes siguen allí, no hay descanso para ellos, no es como si fuera festivo, así que las condiciones son diferentes”, aseguraba a la prensa Zahiro Shahar Mor, de 53 años, residente en Tel Aviv, cuyo tío Avraham Munder murió en cautiverio en Gaza. Por su parte, Naama Weinberg, estudiante de Tel Aviv de 27 años, cuyo primo Itay Svirsky también murió mientras era rehén en Gaza, dijo que el gobierno israelí tenía que pedir perdón por «abandonar a los rehenes». La guerra de Israel contra Hamás comenzó tras un asalto dirigido por el grupo islamista terrorista el 7 de octubre de 2023 contra comunidades del sur de Israel en el que murieron 1.200 personas y unas 250 fueron tomadas como rehenes, según los recuentos israelíes. Las familias de muchos rehenes han acusado a menudo a Netanyahu de sacrificar a sus seres queridos al insistir en la continuación de las operaciones militares en Gaza, y ahora expresan una preocupación similar por la escalada militar de Israel con Hezbolá, con sede en Líbano. Netanyahu ha insistido en que mantener la presión sobre Hamás es la mejor manera de devolver a los 101 rehenes que aún permanecen en Gaza.

-Redacción-