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Alemania da el paso de clasificar como extremista, oficialmente, a su principal partido de extrema derecha, Alternativa por Alemania, el segundo más votado del país.Esto permitirá a los servicios de inteligencia mantener bajo vigilancia al partido, considerado una amenaza constitucional.Un informe de mil páginas concluye que menosprecia la dignidad humana, sobre todo, por su discurso contra los inmigrantes. Con una idea de pueblo basada en el origen étnico, que cuestiona los derechos de los nacidos fuera. Contra quienes aviva el temor y rechazo al asociarlos a la inseguridad.El partido que lidera la radical Alice Waide, viola el orden constitucional democrático y discrimina a grupos enteros de población, según explica la ministra saliente de Interior. Porque  AFD trata a ciudadanos con antecedentes migratorios como alemanes de segunda clase. Su objetivo es excluirles y eso es  incompatible con el orden democrático libre. La bofetada a la segunda fuerza política del país, llega en vísperas de la proclamación de Fridrich Megch como cancilller, pero con encuestas en las que Alternativa para Alemania incluso supera a los democristianos de la CDU. Jóvenes y del este sobre todo apoyan el ideario racista antiinmigratorio y antimusulmán de la favorita también de Elon Musk, con su polémico apoyo en campaña, con este deseo de victoria de Vox y con el respaldo del vicepresidente de los Estados Unidos contra el cordón sanitario. Alice Waide y su partido anuncian acciones legales. La clasificación de derecha extremista abre la puerta a un difícil proceso de prohibición y en la práctica supone más medios de inteligencia: informantes infiltrados y grabaciones para vigilar al partido. 

-Redacción-