A la crudeza del trabajo, luchando contra el viento y las olas, se une la escasísima recompensa en la ría de Noia (A Coruña). Este año hay tan poco berberecho que no llegan ni a coger los 3 kilos de cupo. El agua dulce de tanto temporal ha acabado con el 80% del producto y en pocas horas Mari Carmen, 35 años mariscando, se tiene que retirar. Asegura que tuvo días buenos, regulares y malos, pero como este ninguno. Daniel y su mujer también se marchan cabizbajos, angustiados y con los cubos casi vacíos. Solo les queda pedir ayuda o buscar otro trabajo para sobrevivir, porque los habituales seis meses de campaña se van a agotar en días. Así, el futuro de 1.700 familias tiene los días contados. Una desgracia, según el patrón mayor de Noia, que también repercutirá en las mesas navideñas, con el marisco por las nubes, consecuencia de una escasez desoladora.

-Redacción-