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Tras la silueta de una cabra montesa casi levitando sobre una columna han aparecido ocho grafitis más. Banksy no se ha tomado ni un día de descanso en una semana. De la cabra a la figura de dos reconocibles elefantes estirando su trompa, igual de visitado que los tres monos dibujados sobre un puente de Londres o un gato estirándose sobre una antigua valla publicitaria. Con los grafitis comenzaron las especulaciones. Algunos apuntan que se trata de una comparación de estos animales con alborotadores de extrema derecha, otros, de críticas sociales tras los disturbios de los últimos días. Mientras las redes hablan, aparecen más: un lobo aullando sorprende en una antena parabólica al sureste de la ciudad o también dos pelícanos alimentándose sobre el cartel de una tienda de patatas fritas. Ya tienen nombre, las llaman zoológico de Londres por su variedad de animales. Variedad de obras y variedad de teorías. Se vinculan también al cambio climático o al respeto por los océanos, de ahí unos peces nadando alrededor de una cabina de policía. Pero más allá de esto, los últimos pasos del artista dejan una pista de lo que podría ser su objetivo real. Un rinoceronte trepando un coche en un brillante juego visual o el último, un gorila liberando a otros animales en la pared del Zoológico de Londres comparten algo en común: la alegría y diversión que traen a la gente. Según algunas personas cercanas al artista, animar a todos los que vean sus obras y fomentar la creatividad es el principal objetivo de este artista callejero.

-Redacción-