Calles como ríos, porque el agua busca su salida natural. El mapa de la desolación en los territorios afectados por la DANA coincide con la cartografía del sistema nacional de zonas inundables, realizado con los registros históricos de avenidas. Está a disposición de ciudadanos e instituciones, pero se consulta poco. Las nuevas construcciones deben prever y registrar si el terreno sobre el que se va a edificar está en una zona anegable. Tras la catástrofe, resulta imprescindible, dicen los expertos, repensar las actuaciones realizadas para prevenir riesgos de inundaciones y acometer las necesarias en el contexto de crisis climática, en la que los fenómenos violentos, como este última DANA o gota fría, van a ser una constante y quizá con mayor frecuencia que en el pasado.

-Redacción-