Política30·09·2018 | 16:58

El hábito de dimitir en España

Una dimisión ministerial por escándalos políticos cada cinco años



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En 40 años de democracia dimitir en España no es que haya sido exactamente un nombre ruso pero tampoco se ha estilado mucho. 30 Dimisiones de ministros: 9 motivadas por escándalos políticos Dimisiones de ministros en democracia, 3 por asunción de responsabilidades políticas en el ejercicio de su cargo, 4 por motivos personales, 7 por optar a otros puestos o candidaturas y otras 7 por discrepancias internas con sus presidentes o las políticas de su gobierno. La media de dimisiones por escándalos políticos sale a uno cada cinco años y medio aunque a Pedro Sánchez la estadística le sube a uno cincuenta días y tiene a dos más: el de ciencia y la de justicia, en la picota. Pablo Simón, politólogo y editor de Politikon afirma que en la política española se ha vivido una especie de péndulo en este asunto. Dice que veníamos de un momento, con el anterior gobierno, en el que nadie dimitía a pasar de que el ejecutivo estaba inmerso en graves casos de corrupción y ahora hemos pasado al otro extremo en el que se mira cada detalle del pasado de los ministros y Luis Arroyo, asesor de comunicación, sentencia que ahora hay muchos más motivos para dimitir que hace sólo unos años. Si comparamos por colores el PSOE gana en dimisiones por escándalos. A Felipe González le tocaron tres al margen de la de su vicepresidente Alfonso Guerra tras meses de acoso mediático por un presunto trato de favor a su hermano Juan Guerra. Además, y por escándalos de diferente índole, en los gobiernos de González dimitieron: el ministro de Sanidad Julián García Valverde por venderle unos terrenos a Renfe cuando él la presidía, la del titular de agricultura Vicente Albero por dejar de pagar 20 millones de pesetas a hacienda y las escuchas del CSID se llevaron por delante a Narcís Serra y el ministro de defensa Julián García Vargas. Una cacería, la del ministro de justicia Mariano Fernandez Bermejo con el juez Garzón fue escándalo ministerial que le tocó a Zapatero. Aznar se libró porque ningún ministro le dimitió por un escándalo que le afectara directamente durante sus gobiernos, aunque años después varios de sus antiguos ministros sí que han tenido que enfrentarse a la justicia por escándalos de corrupción. Dos dimisiones de este tipo le tocaron en su última etapa a Rajoy: la de Ana Mato por aquello de la responsabilidad a título lucrativo en la Gürtel y la de José Manuel Soria por su sociedad en Panamá. Ahora, con un Gobierno surgido de una moción de censura fundamentada en la regeneración el nivel de exigencia se ha disparado hasta límites que pueden hacer incluso difícil entrar en política según Luis Arroyo, aunque eso, dice no es malo sino que denota un avance en la calidad democrática. La lupa está sobre todo y sobre todos y además hay muchos más ojos mirando y más polarizados. Consecuencia: la política se acelera y se pierde en la polémica. Dice Pablo Simón que esto es lo que algunos politólogos llaman “turbopolítica”, saltando de escándalo en escándalo dejando de lado el debate político real. 

-Redacción-




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