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El presidente en funciones se resiste a tirar la toalla. "Si el señor sánchez no consigue su pretensión, el PP está dispuesto, si tiene los apoyos suficientes, a ir al Congreso de los Diputados a defender su programa y someterse a la aprobación de las Cortes", ha dicho Mariano Rajoy en Murcia. Propuestas que ya ha podido, no apretón de manos al margen, transmitirle a Pedro Sánchez. Y poco más. Cero empatía. Ni siquiera ha hecho caso a la petición de Sánchez de retirar su discurso del miedo. Al revés. Un posible Gobierno con PSOE y Podemos, dice, liquidará el crecimiento. "Supondría un torpedo en la línea de flotación de la economía española, de la creación de empleo y de la constitución española. Un Gobierno que espero que nunca llegue a serlo y que será combatido democráticamente por el Partido Popular". Como también otro problema... interno. "Vamos a seguir luchando contra la corrupción. Nos ha hecho mucho daño". Única referencia en todo el mitin al problema que ha vuelto a salpicar al PP. Y precisamente en Murcia. En concreto, el juez ha citado a declarar a seis de los ocho concejales del PP de Los Alcázares por un posible delito de prevaricación, cohecho y tráfico de influencias en la adjudicación de unas obras a una empresa en la que, tres días después de dárselas, entró a trabajar la hija del alcalde.

-Redacción-