De los 28 que se sentaron en el banquillo de los acusados por los atentados del 11M, 21 fueron condenados.

Las penas oscilaron entre los ocho y los 42.000 años de cárcel. Uno de ellos, Rafa Zouhier, saldrá de la cárcel el próximo domingo. Será expulsado a su país, Marruecos, una vez que se haga efectiva su puesta en libertad. Después de haber cumplido los diez años de prisión por mediar entre los terroristas y los mineros que proporcionaron los explosivos ha escrito una carta, sin rastro de arrepentimiento, en la que dice tener la conciencia "superlimpia". El ministerio del Interior ya ha iniciado los trámites para su expulsión.

Los que recibieron penas más altas fueron Jamal Zougam y Otman el Gnaoui. A ambos les cayó la pena de prisión más alta, 42.917 años de cárcel. Sus movimientos en prisión están muy controlados. Pasan la mayor parte del día en su celda y sólo salen dos horas al día al patio.

El minero Trashorras, condenado a 34.715 años, disfruta ahora de segundo grado, aunque sin permisos.

La Justicia cayó sobre ellos, pero no sobre quienes pusieron las bombas en los trenes. Cercados por la policía se inmolaron en un piso de Leganés. El único que escapó de allí con vida Bouchard, que fue arrestado en Serbia en 2005. Había bajado a tirar la basura y se encontró con la operación policial en marcha. Condenado a 18 años de cárcel, jamás ha hablado.