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Seis meses de 155, cuatro de desde las elecciones del 21D, uno ha pasado desde la investidura fallida de Turull y uno queda para que, si nada lo impide, Cataluña repita elecciones. La estrategia oficial del soberanismo sigue siendo que se reconozcan los derechos políticos del candidato encarcelado Jordi Sánchez. El juez Pablo Llarena ya le ha dicho que no, que ni Sánchez, ni antes Turull, ni telemáticamente Puigdemont. El expresident sigue libre en Berlín. Ayer lo vimos en una foto con el artista y activista político chino Ai Wei Wei señalando con el dedo Cataluña en un mapamundi y ayer también estuvo muy activo en twitter y atento a la Copa de Rey. Escribió un mensaje para criticar la retirada de camisetas amarillas a los hinchas del Barça a la entrada al estadio: "si un simple color es ahora una ofensa al estado qué será lo siguiente. Policía política Española" escribió. Después, con una foto de Iniesta, celebró la victoria con emoticonos. 
En duda que la justicia alemana lo entregue a la española por rebelión, en entredicho el cargo de malversación. Entretanto Cataluña sigue sin gobierno y los plazos se agotan. Es el escenario que, algunos creen, busca el soberanismo: nuevas elecciones con un Puigdemont fortalecido a la cabeza de un gran bloque soberanista que aspiraría a lograr una mayoría más amplia.

-Redacción-