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El fuego ruso golpeaba esta madrugada la ciudad de Leópolis, al oeste de Ucrania. Ya de día y desde el aire se aprecia la devastación del ataque en pleno centro urbano. Ha destruido varios edificios históricos y ha dejado numerosas víctimas. Siete muertos, tres de ellos son niñas. Este es el padre de las tres. Ha perdido, además, a su mujer, y mientras era atendido ha presenciado cómo los equipos de rescate recuperaban sus cuerpos. Otras 30 personas están heridas. La ofensiva se ha producido sólo un día después de que el Ejército ruso bombardeara un Instituto Militar en Poltava, dejando 51 muertos. El ataque más mortífero de lo que va de año. Una sacudida para los ucranianos que coincide con otra, la del gobierno de Zelenski, el mismo día que dimite su ministro de Exteriores y con la previsión de que la mayoría de su gabinete sea relevado en las próximas horas. Para la población aquí en Leópolis la guerra es parte del día a día. "Nos hemos acostumbrado a estos ataques, diría que nuestra vida es ahora ir y volver del refugio", afirma un estudiante de la localidad. Un nuevo ataque contra civiles en una ciudad muy cercana a la frontera con Polonia, a unos 70 kilómetros de territorio de la OTAN. Lejos del este, más castigado por la guerra, pero no por ello fuera de peligro.

-Redacción-