Atlas agencia

Todos los ojos estaban puestos en Donald Trump. Que se reencontraba por primera vez en cuatro años con el que fue su vicepresidente, Mike Pence, y con el que tuvo un final de relación tormentosa. Las formas se han mantenido con un saludo. También el expresidente Obama y él, con un historial de nula sintonía personal y enfrentamientos, han sorprendido con una conversación relajada y hasta con risas. El protocolo y la ausencia de Michelle los han sentado juntos. El espíritu del fallecido Jimmy Carter, conocido por su afán negociador y de acercar posturas, parecía flotar en el ambiente. La imagen de todos los presidentes vivos, cinco en este caso, es de las que se ven casi únicamente cuando se entierra a uno de ellos. La última vez fue hace seis años, cuando falleció Bush padre. Carter era, desde que dejó la Casa Blanca, una de las figuras políticas que menos rechazo generaba en un país abrasado por la polarización. Incluso Trump, del partido rival, lo llamó "un hombre verdaderamente bueno" el día en que falleció. Estados Unidos lo va a echar de menos.

- Redacción-