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Shakira se ha sentado en el banquillo seria, visiblemente nerviosa, incómoda en un escenario distinto para ella. Para confirmar el acuerdo ante el juez, reconociendo los hechos y dando su conformidad con las nuevas penas que le han sido solicitadas. La cantante reconoce seis delitos de fraude fiscal entre 2012 y 2014; y pagará 7,7 millones de euros para eludir la prisión (estaba acusada de un fraude de 14,5 millones de euros por el que se le pedían más de 8 años de cárcel). Sus abogados aseguran que ha sido una decisión difícil y meditada, “motivada por la voluntad de centrarse en el cuidado de sus hijos y en su carrera profesional”. En un documento entregado por sus abogados, la cantante admite estar cansada del largo proceso judicial y querer dejar atrás este capítulo. “No es triunfo ganar si el precio es que te roben tantos años de tu vida…para mí, hoy, ganar es recuperar mi tiempo…Mis hijos me lo han pedido”. Ni una sonrisa a la salida. Pensando ya en la otra causa pendiente por la declaración del 2011.

-Redacción-