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El Reino Unido es nuestro cuarto comprador internacional. Hasta allí fueron, en 2015, casi el 8% de las exportaciones, principalmente automóviles y alimentos como frutas y verduras. Exportaciones que se verán perjudicadas por la imposición de aranceles y la depreciación de la libra. La devaluación de la moneda se va a notar también en el turismo. Los ingleses son nuestros principales visitantes, el año pasado vinieron casi 16 millones y se gastaron más de 14.000 millones de euros. Con una moneda más débil, vendrán menos y gastarán menos. Tiembla también el sector bancario , el segundo del mundo con más inversiones en el Reino Unido. El Santander y el Sabadell generan allí en torno al 20% de sus beneficios. Y también otros gigantes como Telefónica, Iberdrola o IAG, la matriz de Iberia, ven en peligro sus intereses.  Y a los datos se suma el factor psicológico: el Brexit pone en entredicho a la propia UE, el escudo que ampara y da credibilidad a una economía debilitada como la nuestra. Los expertos coinciden en que estamos en territorio desconocido y es el Banco Central Europeo el que tiene que generar la confianza necesaria para explorarlo.

-Redacción-