Atlas agencia

El Betis criticó ayer la decisión de la Liga de Fútbol y la Comisión Nacional Antiviolencia, después de que ésta propusiera "el cierre parcial" del Benito Villamarín, como sanción por los cánticos 'violentos' proferidos por ultras verdiblancos contra la expareja presuntamente agredida por el futbolista Rubén Castro.
El presidente verdiblanco, Juan Carlos Ollero, arremetió contra lo que considera "un trato discriminatorio y oportunista" de las autoridades futbolísticas, ante un cierre que se da por hecho. Ollero consideró que lo justo es que "la responsabilidad y las penas correspondientes fueran asumidas por los infractores y no por las aficiones colectivamente".
En caso de que, como todo parece indicar, el Comité de Competición declare el cierre de la grada de Gol Sur, se trataría de una medida inédita en España. El club insiste en considerar injusto el castigo de todos por la parte. "Hechos acaecidos en otros estadios de mayor gravedad, y que se encuentran fielmente reflejados en las hemerotecas e internet, no han sido sancionados con esta dureza ni con ninguna", señaló el presidente del club, quien también explicó que no cree que detrás de la polémica haya "una mano negra", sino más bien "debilidad y oportunismo".